En un primer momento, como marca tenemos que comenzar a a atraer a los clientes. En ese momento es importante comenzar con un blog, pero donde los contenidos vayan más allá de la promoción de la marca. Por tanto, será importante darle a nuestro potencial cliente contenidos que le ayuden a solucionar sus dudas o problemas. Esto se complementará con la utilización de palabras clave para un mejor posicionamiento y las redes sociales para darle más visibilidad a nuestra marca y nuestros contenidos.
Ya tenemos información sobre los clientes potenciales, sabemos sobre sus intereses y lo que buscan dentro de nuestra oferta. Ahora tocará atacar para hacer que pasen de ser potenciales clientes a clientes reales. Es hora de tener una buena base de datos formada para utilizar estrategias de mailing para enviar la información solicitada, llamar a los interesados y darles todo el apoyo necesario para que finalmente cerremos una venta.
Un cliente cerrado es una victoria, pero solo de una batalla. Ahora tocará seguir haciendo las cosas bien para que ese cliente no sea momentáneo y siga con nosotros por mucho tiempo. Toca “deleitarlos” con más contenido efectivo que satisfagan su curiosidad y que vayan en la línea de lo que buscan.
Después de todo el proceso el comprador habrá pasado de extraño a cliente. No hay mejor publicidad que la gente que habla bien de tu marca, que la recomienda y por lo tanto, se convierta en un embajador de la empresa.
